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Cuando la he sacado del fondo del maletero todavia llevaba puesto el precio. Apenas la habré usado tres o cuatro veces. Como es de aluminio, no se oxida; y así sigue, impecable. Como el primer día.
La compré en un chino que hay a la salida de Cabo de Palos hace ya unos cuantos años. Era uno de esos días en los que sabes que todo saldrá bien porque no lo has planeado. Fue un día «de mucho» que antes fue «víspera de nada».
De todos los restaurantes que tienes para elegir en el paseo del puerto, el que más me gusta es «El Pez Rojo». Se come bien, a un precio razonable; y, aunque a veces van un poco de «sobraos», te aconsejo que pelees por una mesa al borde de la terraza, con vistas a la bocana del puerto.
A veces, en invierno, si alargas la sobremesa tienes el regalo de una puesta de sol espectacular. Y en temporada alta, el trasiego de embarcaciones es, en sí mismo, hipnotizante. Más que verlas llega un momento en que solo las intuyes, dibujado su contorno a contraluz; pues tal es el brillo del sol cuando rebota en el mar.
El caso es que ese día de plan improvisado compré una sombrilla para bajar a la playa. Y después de ese primer uso, ahí se quedó, en el maletero. Preparada para otros «por si» que, sin embargo, no llegaron.
Ha viajado luego por toda España, conmigo de aquí para allá, agazapada al fondo, sin quejarse. Sin estorbar.
Pero, aunque en Almería, en Málaga, en Asturias, en Cantabria o, incluso, en el pantano de Iznájar -en la Subbética- también hay playas, desde entonces, como he dicho, la habré usado dos o tres veces más. En La Torre de la Horadada. Y pare usted de contar.
Para la «nueva normalidad» se prevé que las playas estén parceladas, cuadriculadas, vigiladas con drones, con aforo limitado y entrada restringida, previa cita.
Creo que la espontaneidad esa del «aquí me paro, aquí me baño» se ha perdido, y para mucho tiempo, además.
Así que ya no tiene mucho sentido llevarla en el maletero. No habrá más «por si», al menos a corto y medio plazo.
Esta mañana compré un soporte para la sombrilla.
Desde esta mañana es la bandera que luce en mi terraza.