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BUCIERO, CANTABRIA, CAROLINA ROMANELLA, CAZORLA, HORA AZUL, HORA DORADA, MENORCA, NERPIO, ONDA CERO RADIO, RÍO BAILÓN, ZUHEROS
«Facciamo finta che tutto va ben
Che il cielo sia constantemente azzurro
Che il sole splenda sempre allegremente
Che tutto quianto sia sempre sereno
Ruscelli, pratti verdi e arcobaleno»
(«FACCIAMO FINTA CHE» – Canción italiana que, desde que empezó el estado de alarma, ponen en Onda Cero Radio todas las mañanas a las 08:00 horas).
Y los niños, que un día dibujaron un arcoiris y lo pusieron en las ventanas de sus cuartos, esos niños -digo- corretean hoy por parques y jardines.
Sus arcoiris los miran ahora desde lo alto, vigilando sus juegos y sus risas despreocupadas.
-«¿Por qué no nos lleváis con vosotros?» -suspiran.
A los adultos, de los siete colores curvados tan solo nos dejaron disfrutar de dos: el azul y el dorado.
Dice Carolina Romanella en su blog de viajes que «los mejores horarios para que tus fotos sean diferentes y con más fuerza son la primeras horas de la mañana, antes del amanecer (conocida como la hora azul), y la previa al atardecer (conocida como la hora dorada)».
Azul y dorado, dorado y azul.
Una combinación perfecta para hacer visible lo invisible, real lo que se había convertido en una ensoñación. Para saborear, en definitiva, unas cuantas tacitas de libertad.
La luz azul y la temperatura me evocaron madrugones veraniegos, paseos por senderos endurecidos por el sol y el salitre de una playa cercana. Al Chemin des Chevals, de Menorca; a las Salinas de San Pedro del Pinatar (Región de Murcia). El olor a huerta, por su parte, rutas por Cazorla (Jaén), travesías por el Río Bailón (Zuheros, Córdoba), el Zarzalar (Nerpio, Albacete) o el Monte Buciero (Cantabria).
A la hora azul, que ha empezado hoy a las 7:00 a.m., le ha seguido el día de la bicicleta, el día sin humos, el día sin coches, el de la revindicación silenciosa de la zapatilla y el pedal. Nunca había visto tan concurrido el carril bici.
El tiempo transcurrió como en un suspiro.
-«¿Y ahora qué?»
No creo que tener que regresar antes de las diez haya supuesto problema alguno. Porque a esa hora nos hemos acordado, por ejemplo, de que estamos ya en mayo. Por el calor. Y, también, de que demasiada gente alrededor llega a resultar mareante.
-«Guardaste ese instante de felicidad en una foto y la escondiste bien».
-«Por miedo a perderla».
A mediodía -en el duermevela de mi hamaca- escuché risas de los niños; pensé que la piscina de enfrente ya estaba abierta; pero no, me he levantado y visto que sigue vacía, con el fondo verde. Los vecinos aún no se han puesto de acuerdo para limpiarla.
La hora dorada ha coincidido con la de los aplausos, más o menos a las 8:00 de la tarde, cuando el ocaso prolonga las sombras de los árboles del parque -allá donde juegan los niños del arcoiris- hasta hacerlas más y más alargadas.
Con hoy hemos sumado cuarenta y nueve días de tiempo suspendido.
-«Parecen muchos»…
El tiempo supendido va a ser también tiempo alargado. Leo que el Presidente del Gobierno no da opción. Para que siga adelante el plan de «desescalada» el estado de alarma se habrá de prolongar hasta el mes de… julio.
De la película «Passengers» tomo esta, por hoy, última reflexión:
«Todos tenemos sueños. Planeamos el futuro como si fuéramos capitanes de nuestro destino, pero somos pasajeros, y nuestro destino es el que nos lleva».
Sopla un céfiro muy agradable. Para esta noche he reservado un pasaje. Me dedicaré a contar estrellas desde mi hamaca hasta que me duerma.

Foto: alineación de la Luna, Plutón, Saturno y Júpiter. Tomada en diciembre de 2019 en Jordania, junto al Castillo de Kerak