• Acerca de

AMANECE EN MERCURIO

AMANECE EN MERCURIO

Archivos mensuales: noviembre 2015

JUNTALETRAS vs LETRADOS («por sus escritos los conoceréis»)

29 domingo Nov 2015

Posted by Time Advocate in ORGANIZACIÓN, PRÁCTICA JURÍDICA, Sin categoría

≈ 1 comentario

Etiquetas

contratos, corta y pega, demandas, escritos, fichas, Frankenstein, mapas mentales, notas, pomodoros, recursos

Para un servidor, redactar un escrito forense es algo más que juntar unas cuantas letras, cortar y pegar cuatro sentencias y pedir lo que se nos ocurra en ese momento.

Es cierto que el papel lo soporta (casi) todo, pero no es menos cierto que si algo queda de tangible en la prestación de servicios jurídicos es eso, un escrito. Y, como siempre dice mi madre (mi primera maestra), quien no te conoce te juzgará por lo que lee.

Por sus escritos los conoceréis, parafraseando las Sagradas Escrituras.

Dándole vueltas al asunto de la escritura, con minúscula, estas son las cosas que más me suelen molestar, que actúan a modo de saboteadores mentales y añaden un plus de «penosidad» a mi tarea:

1.- Interrupciones

Los compañeros que me lean saben a qué me refiero. Estás escribiendo, empiezas el texto con el consabido «AL JUZGADO, Dª. Fulanica, Procuradora de los Tribunales, colegiada número …» y en ese momento, llamada. Atiendes, apagas el teléfono, recompones la figura y empiezas otra vez: «AL JUZGADO, Dª. Fulanica, Procuradora de los Tribunales, colegiada número …». Justo, justo, justo en ese momento, un toc-toc en la puerta del despacho (que habías cerrado por algo, claro) y un «perdona la interrupción, ¿estás ocupado?», y tú, claro, dices, ya no, dime. Atiendes, recompones la figura y empiezas otra vez: «AL JUZGADO, Dª. Fulanica, Procuradora de los Tribunales, colegiada número …», y entonces es cuando te avisan de que tienes visita, «¿visita, yooo?, ostras, claro, era a las 12 ¿son las 12 yaaaa? Cómo pasa el tiempo».

Toda la mañana con el dichoso escrito y no has pasado del «AL JUZGADO, Dª. Fulanica, Procuradora de los Tribunales, colegiada número …»

2.- Numerar los documentos

Los ciclistas las llaman «etapas pestosas» y para mí no hay mejor término para definir esta tarea: «pestosa». Y no te digo cuando son cientos y cientos de documentos los que acompañas a la demanda, sobre todo cuando se trata de facturas, albaranes, recibos de pago y extractos contables. Cuidado con dejarte alguno, que enfrente te lo van a revisar bien. Documento número 1, documento número 138, documento 453… y así.

3.- Redactar un escrito en apelación

Me da igual que seas recurrente o recurrido, apelante o apelado… Dios mío, ya he superado lo de verme y oírme en una grabación, pero qué trabajo cuesta volver a estudiar el asunto, partiendo prácticamente de cero. Es el día de la marmota, en versión jurídica. Fortaleza de ánimo, serenidad, decisión, respirar hondo… y tres padrenuestros.

4.- Rellenar un formulario online

Lo tienes todo presto y dispuesto para presentar y, ah, ojo, hay que rellenar algún formulario online (ojo con la que se nos viene con Lexnet), por ejemplo, para liquidar la dichosa tasa judicial. Pulsas «rellenar formulario», introduces datos y, cuando crees que lo tienes todo hecho, zas, se borra y vuelta a empezar, jurando en arameo y maldiciendo la estirpe del genio que programó el formulario.

5.- Cuando está impreso y grapado el escrito…

… con sus copias y todo y descubres, con horror, que los párrafos no cuadran con lo que había en pantalla, quedándose una línea, triste y solitaria como el Cadillac, en el último folio. Claro, ya sabes que hay una «cosa» que se llama PDF, que la configuración de la impresora no es la misma de la pantalla, pero es algo que sucede a menudo y da mucha rabia.

6.- Los contratos y sus versiones

Te encargan un contrato «a medida», te vistes de sastre jurídico, estudias, buceas, analizas pros y contras, te pones en lo peor (eso siempre, en lo peor) y vas redactando cláusula tras cláusula. Le das vueltas, imprimes un borrador y otro y otro, hasta que, satisfecho, por fin, le das el visto bueno.

Lo mandas por correo y empieza el «baile»: cambia esto, añade lo otro, quita lo de estas dos cláusulas («¿de quién coño eres abogado, del otro?»). Una vez pasado el filtro del cliente lo mandas a la contraparte y ahí ya no hay salvación posible.

Del escrito que habías preparado inicialmente, bien estructurado, equilibrado y hasta con ritmo, pasas a una suerte de Frankenstein contractual, con la cara llena de costurones. A la porra el arte, «biba el colejio». Eso si, pordios, quite lo de «alquilino» y lo de «sufruto».

7.- Sentencia que exige aclaración

Me dejo para el final uno de mis favoritos. Notificada sentencia, le das la enhorabuena al cliente y al rato éste te llama y dice, oye, que se han equivocado. No puede ser, nos han dado la razón… eso es que han acertado -bromeas. Pero, no, tiene razón, en cuatro folios y medio de sentencia te encuentras un bodrio en el que, pongo casos reales, divorcian a personas que no eran parte del proceso (esos corta y pega que tantos días de gloria nos están dando), conceden indemnizaciones distintas de las pedidas (¿en qué estaba pensando cuando tomaba notas en el juicio? ¿tomaba notas? ¿dibujaba? ¿estaba en el juicio o era un ectoplasma?)… llamas al juzgado y te dicen lo que más temes: «presenta un escrito». Oiga, oiga, oigaaaa… que yo no me he equivocado, pero no hay más remedio que presentar el mal llamado «recurso de aclaración», previsto expresamente en la ley cuando no hay nada que aclarar, puesto que no hay duda de que hay un error como un castillo de grande.

Qué buenas migas harían Microsoft y algunos juzgados, por aquello de las versiones de prueba y las versiones beta.

Comparto experiencias y unos consejos:

1.- Usa mapas mentales

El mapa no es el territorio ni tampoco el pensamiento. Es una guía de escritura, para no perderse. El resultado final no tiene por qué cuadrar con lo previsto pero, desde luego, mal vamos si no tenemos una idea clara de lo que queremos expresar.

No olvides que el mapa es para tí, que lo tienes que hacer en un folio y cuanto más «plástico», mejor. Ya tendrás tiempo de escribir.

2.- Listas de chequeo

Cuando llevas unos años en esto ves que hay asuntos que se repiten una y otra vez. Usa lista de chequeo y comprueba el estado de los flaps antes de despegar, campeón.

3.- Pomodoros

Si, se llaman así; usa los pomodoros: 25 minutos de sprint mental y 5 de descanso. 25 y 5, esa es la proporción. Algo así como las series de los runners.

4.- Usa fichas

Para los trabajos de más envergadura, una idea una ficha; cuando te pones a redactar, las ordenas sobre la mesa (como los juegos de naipes que llaman solitarios) y cada idea te puede servir de título para cada apartado del escrito. En nuestro caso, hechos separados convenientemente por párrafos, fundamentos de derecho en su sitio y el «petitum», lo más importante, claro y preciso. Es un error esperar al final, cuando llegas con la lengua fuera, para redactarlo.

Y es que un escrito se lee de principio a fin, pero no tienes por qué concebirlo así. Me remito a lo de los mapas mentales.

5.- Un último consejo: lo perfecto siempre es enemigo de lo bueno y peor que presentar escrito con erratas es no llegar a presentarlo porque se te pase plazo. Ya tendrás tiempo de ganar el Pulitzer de los abogados.

Y si hay una errata, les presentas un escrito de aclaración. Donde las dan las toman.

 

 

Comparte esto:

  • Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

VIENTOS DE CAMBIO (o cómo volver a empezar)

22 domingo Nov 2015

Posted by Time Advocate in INSPIRACIÓN, MOTIVACIÓN, Sin categoría

≈ 1 comentario

Etiquetas

actualización, conocimientos, empezar, ilusión, Monstruos S.A., novato, Scorpions, veterano, vientos de cambio, wind of change

Esta historia me la contaron hace muchos, pero que muchos años, así que no recuerdo los motivos por los que nuestro héroe dejó atrás su ciudad natal, un próspero despacho y una clientela fiel. Tampoco importa.

Le habría pasado algo así como el Juego de la Oca, que una mala tirada de dados le situaba -de nuevo- en la casilla de salida. Mudanza a otra capital de provincia y vuelta a empezar.

En aquella época no había redes sociales ni teléfonos móviles; por otro lado, la publicidad estaba prohibida y expresamente sancionada en el Estatuto de la Abogacía.

Tampoco tenía contactos ni familiares, ni siquiera algún antiguo cliente o compañero de estudios que pudiera dar referencias suyas en su nueva residencia. A efectos profesionales era, sencillamente, invisible.

Pero no se arrugó ni le dio tiempo a lamentarse: montó un nuevo despacho en esa soleada capital sureña sin más recursos que una vieja máquina de escribir, papel de calco para las copias de las demandas, sus conocimientos, su buen hacer y una profesionalidad exquisita. Aunque, huelga decirlo, con eso solo no se paga la renta ni, tampoco, se llena el plato de garbanzos; así que los pocos ahorros que tenía menguaban de forma alarmante.

Día tras día la misma rutina. Traje, corbata y paseo desde casa al despacho y desde el despacho a su casa.

Pasaban las semanas y no había clientes ni casos. Había hablado con un compañero que tenía el despacho justo encima del suyo, pero, con buenas maneras y exquisita cortesía, su vecino declinó amablemente cualquier posibilidad de colaboración.

Al menos tenía tiempo para estudiar y ponerse al día. No pasaba como ahora, que hay una auténtica diarrea legislativa, pero los nuevos amos del país -y, por tanto, de BOE- no desaprovechaban ocasión para hacer patente su poder y se atrevían ya hasta con reformas de los viejos códigos decimonónicos.

En esas estaba, clavando codos, cuando una tarde sonó el timbre de la puerta. Apagó el cigarro, se puso la chaqueta y se apretó el nudo de la corbata. Al abrir, se encontró con dos inesperados visitantes que, después de disculpar el retraso («de qué retraso hablaban, si no había quedado con nadie…»), se presentaron preguntando por «el abogado».

-Si, soy yo…

-¿Podemos pasar?

Sentados en los confidentes, parapetados detrás de un grueso cartapacio y después de recuperar el resuello, sacaron una escritura tras otra, legajos amarillentos que, como naipes de una gigantesca baraja, fueron desplegando sobre la mesa mientras contaban el caso con pelos y señales.

De sus bocas brotaban datos y más datos (servidumbres, linderos, amillaramientos y otras lindezas de derecho hipotecario) que nuestro protagonista anotaba minuciosamente en su recién estrenado cuaderno.

Cuando llevaban más de media hora se dio cuenta de que hablaban con referencias a hechos que daban por supuesto que él conocía, cuando no era así. De manera que dejó la pluma sobre la mesa, levantó la mano y pidió una tregua.

-Creo que se han confundido de abogado.

-¿Cómo?

-Si, que no soy la persona que imaginan.

-¿Ud. no es abogado?

-Si, claro. Me refiero a que no soy el abogado que buscaban.

-Entonces, ¿es que no nos puede llevar el caso?

-A ver, claro que puedo llevarlo, pero digo que se han equivocado porque Uds. debían de estar buscando a otro compañero que tiene el despacho justo en el piso de arriba. Les pido disculpas, porque han depositado su confianza en mí pensando que era esa persona. De todas formas, mi código deontológico me impide revelar nada de lo que me han comentado. 

Después de un silencio incómodo, que se hizo eterno, los visitantes se miraron entre sí, hasta que el más lanzado se encogió de hombros y dijo:

-Bueno, señor letrado, ya que estamos aquí y hemos avanzado tanto, para qué irnos. Sigamos. Como le iba diciendo, aquí en esta escritura pone claramente que …

Y así siguió la tarde, la semana y nuestro héroe se estrenó, con éxito, en los juzgados de esa ciudad.

Estos clientes quedaron satisfechos y empezó a funcionar el boca a boca hasta que se hizo con un nombre y una clientela -incluso- superior a la que había dejado en su tierra natal. Y por ahí andará.

Cada vez que alguien se queja de las dificultades que se encuentran los nuevos letrados para empezar me acuerdo de esta anécdota y pienso que no están en una situación de desventaja respecto de lo que empezamos veinte años antes, todo lo contrario: los clientes no se sienten atados a ningún apellido y buscan, lo primero, alguien que les dedique atención y escucha activa para su caso. Si estás empezando desde luego problemas de disponibilidad no vas a tener.

En la actualidad se legisla a diario. Apenas da tiempo a consolidar ningún tipo de doctrina jurisprudencial: para cuando el caso llega al Supremo, hay unas nuevas reglas de juego.

En realidad, eso nos iguala a todos, puesto que, con independencia del número de colegiado que tengas, quedarse quieto, «en el sitio», es quedarse atrás. La actualización es necesaria no solo en conocimientos jurídicos sino en tecnologías de la información y, por poner un ejemplo, quién mejor puede saber de redes sociales y reputación digital que las nuevas incorporaciones que hasta ayer mismo estaban tonteando con «Tuenti».

Con tanto imbécil dispuesto a vomitar en la red hay campo para todos. La imaginación al poder.

Y esto vale tanto para los nuevos talentos como para los que vamos acumulando años de ejercicio: hay que hacerse el nudo de la corbata con la ilusión del primer día y, con esa predisposición, tener las orejas tiesas y los ojos bien abiertos.

¿Cambios? ¿Quién dijo miedo a los cambios?

Como reza el viejo haiku:

un temporal se ha llevado el tejado de mi casa; qué bien, esta noche dormiré viendo las estrellas

 

 

 

Comparte esto:

  • Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

Etiquetas

ASTÉRIX banco basura BESOS BORGES BUENOS AIRES cadenas calidad CINE CORONAVIRUS CORTÁZAR costas DAVID PEACE deontología DESCONFINAMIENTO eficacia esposa ESTADO DE ALARMA extraescolares FACEBOOK fiscalía FRANCIA gestión HACIENDA horas IBN ARABI INTERSTELLAR ITACA JESUS JOBS JUICIOS JULIO CESAR juzgados LEXNET Leónidas libros LORD BYRON LUNA lunes mapas mentales MARCO AURELIO MAR MENOR MEDITACIONES MERCADONA MOLINA DE SEGURA moroso MURCIA MUÑOZ MOLINA OBÉLIX ODISEA ODISEO PALERMO PERROS plazo plazos policía productividad PTOLOMEO Renacimiento REY LOBO ROMA RUTINA SABINA SICILIA Sol STEVE JOBS TANGO TERRAZA TIBURÓN tiempo TINTÍN toga Torre de la Horadada turismo ULISES

CALIDAD EXCELENCIA INSPIRACIÓN MOTIVACIÓN ORGANIZACIÓN PRÁCTICA JURÍDICA Sin categoría

Sígueme en Twitter

Mis tuits

Archivos

  • enero 2021
  • junio 2020
  • mayo 2020
  • abril 2020
  • marzo 2020
  • enero 2020
  • agosto 2019
  • julio 2019
  • junio 2019
  • noviembre 2018
  • julio 2018
  • marzo 2018
  • febrero 2018
  • enero 2018
  • agosto 2017
  • marzo 2017
  • febrero 2017
  • octubre 2016
  • septiembre 2016
  • agosto 2016
  • junio 2016
  • marzo 2016
  • febrero 2016
  • enero 2016
  • noviembre 2015
  • octubre 2015
  • septiembre 2015
  • agosto 2015
  • junio 2015
  • mayo 2015
  • abril 2015
  • marzo 2015
  • febrero 2015
  • enero 2015
  • diciembre 2014
  • noviembre 2014

Blogs que sigo

  • LA GACETA DE ULTRAMAR
  • Caminando por la historia
  • Xavier Ribas
  • meditantiguo.wordpress.com/
  • La Alétheia de Zorba. Un viaje por la historia del vestido
  • Los colores de la memoria
  • Del Cerro Abogados
  • Quiero ser Compliance Officer
  • Fraude Interno
  • Presunción de inocencia
  • Escritores Independientes
  • Carris's Weblog
  • No quiero otro pijama
  • Mar Carrillo - Marketing Specialist
  • http://dictados-cp523.wordpresstemporal.com
  • Óptima Infinito
  • Personas y Equipos Productivos
  • Du Tudú: GTD y productividad personal
  • Lo que le diga es mentira
  • El Blog de Javier Megias Terol

Sociales

  • Ver perfil de @jramonsaez en Twitter
Follow AMANECE EN MERCURIO on WordPress.com

Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir este Blog y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones en tu buzón de correo electrónico.

Únete a otros 822 suscriptores
noviembre 2015
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30  
« Oct   Ene »

DUALIS ECONOMÍA GESTION Y DERECHO

Avenida del Rocío Número 16 - 1º C 30007 - Murcia (Spain)
+34 902 90 99 61

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

LA GACETA DE ULTRAMAR

Crónicas en un tiempo suspendido

Caminando por la historia

Xavier Ribas

Derecho de las TIC y Compliance

meditantiguo.wordpress.com/

El legado griego

La Alétheia de Zorba. Un viaje por la historia del vestido

Mónica López Soler

Los colores de la memoria

Rutas vitales para viajeros emocionales

Del Cerro Abogados

Despacho de Abogados

Quiero ser Compliance Officer

El camino de un estudiante de ADE en búsqueda de su sueño...

Fraude Interno

Prevención y Detección del fraude interno para cualquier tipo de empresa.

Presunción de inocencia

El Blog de Derecho Penal de Pepe Núñez

Escritores Independientes

Carris's Weblog

El blog de Carris

No quiero otro pijama

Mar Carrillo - Marketing Specialist

Marketing - Comunicación - Ventas - Embajadora Hootsuite EMEA España - Marketing Digital - Transformación digital - Retail - Metaverso - Blockchain

http://dictados-cp523.wordpresstemporal.com

Óptima Infinito

Personas y Equipos Productivos

Web de Alberto Barbero

Du Tudú: GTD y productividad personal

GTD, productividad personal y aplicaciones web

Lo que le diga es mentira

El Blog de Javier Megias Terol

Innovación estratégica y Modelos de Negocio

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
  • Seguir Siguiendo
    • AMANECE EN MERCURIO
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • AMANECE EN MERCURIO
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
A %d blogueros les gusta esto: