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IGUAZÚ, JUICIOS, JUSTICIA, LIGA DE FÚTBOL, LUTO, NAVIDAD, PERROS, VACACIONES
La Municipalidad de Iguazú publica hoy un vídeo en redes sociales en el que aparece la Garganta del Diablo con las cataratas rugiendo de nuevo. Parece que la sequía que las ha tenido en silencio unas cuantas semanas ha pasado y todos lo celebran.
Como en las terrazas de los bares.
Como en los jardines.
A lo mejor es cosa mía, pero me parece que no se está manteniendo la distancia social. Peor aún, que existe la falsa sensación de que esto ha pasado, que ha sido un mal sueño.
Enseguida vuelve la Liga de «jurbo», nada menos que con derbi sevillano. Qué bien, que ya puede apostar y eso.
Y los políticos, otra vez a lo suyo.
Hasta el Tribunal Superior de Justicia de Murcia nos envía una circular en la que, sin esperar a que pase el estado de alarma, nos dice que a partir del cuatro de junio «inclusive» (sic) ya se tienen que atender citaciones y señalamientos.
¿Les ha entrado la prisa ahora?
He mirado mi agenda; tengo uno señalado para el día cinco, otro para el diez… Y tranquilo, que esto es como nadar o montar en bicicleta. Que no se olvida.
Hoy he firmado dos contratos con un año vista. Si eso no es ser optimista, que baje Dios y lo vea. Porque la vida sigue.
Pero entre tanta euforia, entre tanto día de «vino y rosas», encuentro alguna noticia inquietante: un repunte en Lleida, otros que dicen que, a pesar de haberse curado del coronavirus, llevan setenta días sin poder dormir por que les falta la respiración…
Vaya. Es la «letra pequeña», porque nadie ha caído en la cuenta de que esto deja secuelas.
A todos los que los Reyes les trajeron un perrito en Navidad, que no se emocionen mucho pensando en las vacaciones y no lo dejen abandonado en la cuneta este verano.
No vaya a ser que vuelva el confinamiento y luego lo echen de menos.
CODA: a lo mejor el texto de hoy me ha salido un poco «negro». No me considero pesimista. Solo realista. Hoy se inicia luto oficial, por diez días. Desde aquí mi más sentido pésame a esas más de veinticinco mil familias que han perdido a un allegado y que, desde luego, no van a salir «mas fuertes» del confinamiento.