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piscina RIO 2016

Al poco tiempo de apagarse la llama y, con ella, todos y cada uno de los focos que el mundo había puesto sobre los Juegos de Río 2016, la piscina fue colonizada por los mosquitos.

Era algo que se veía venir. Durante la competición causó polémica el aspecto verdoso que presentaba. De hecho, fue el tema estrella en las tertulias deportivas y objeto de burla en las redes sociales. Pero esa mañana se produjo un acontecimiento que haría olvidar, al menos por una jornada, el asunto del agua.

-Señoras y señores, pasamos a la última serie de los 100 metros estilos libres. Junto al representante de la República Dominicana y el de Costa de Marfil, tenemos, por la calle 5, a Robel Kirós Habte, 24 años, estudiante universitario y representante de Etiopía. No se dejen engañar por su aspecto: es el campeón nacional de su país y, de hecho, ha sido elegido como abanderado por su delegación.

Ese soy yo. Robel «La Ballena» Kiros. Si, ya sé: todo el mundo piensa que estoy gordo. Algunos periodistas deportivos denuncian que me clasifiqué porque mi papá es presidente de la federación de natación. Bueno, yo a lo mío. A recordar lo que siempre me dice el entrenador: braza-braza, respirar; braza-braza respirar. Confianza. No en vano soy el recordman de mi país. Vamos.

Robel clasificó el 59 de 59 participantes. En Youtube todavía puede verse un resumen de su prueba. A pesar de haber llegado a la meta nada menos que 17 segundos después que el nadador que lideró esa serie, el público presente le ovacionó.

Pero el aplauso no fue unánime.  Hubo quien mostró enfado, acusando a los etíopes de actuar con absoluta falta de respeto a los Juegos. Otros, en cambio, defendieron que cada país llevaba a su mejor representante.

Al protagonista le resbalaron las críticas. Estoy feliz porque es mi primera participación en unas Olimpiadas -dijo a la agencia Reuters-. Así que le doy muchas gracias a Dios. Todo el mundo en Etiopía se despierta y corre. Nadie nada. Pero yo no quería correr, quería nadar. Y no me importa en qué lugar quede.

“Citius Altius Fortius”.

El tiempo y la mugre han borrado los rótulos, la publicidad y hasta el lema olímpico. Ni siquiera la poderosa brazada de Michael Phelps sería capaz de espantar a los nuevos usuarios de la piscina, a los que no les importa -todo lo contrario- nadar entre tanta pestilencia.

Nosotros no podemos saberlo pero los mosquitos se animan unos a otros con el ejemplo de Robel. Y han hecho suyo el mejor tuit que inspiró el etíope: “Para llamar la atención no seas diferente; sé excepcional”.

No van a poder echarlos nunca.