¿Y cómo es que se dice? ¿»LA» Covid19? ¿»EL» Covid19?
Parece que ningún «género» quiere cargar con el mochuelo.
El lenguaje, aquí, es «desinclusivo».
Se dice «la» enfermedad y se dice «el» virus. Parece que está bien en ambos casos.
Me recuerda lo que pasó en su día con los huracanes. Que se iban bautizando con nombre de mujer (Casandra, Gilda…), por orden alfabético. Hasta que alguna fémina ofendidita protestó. Y ahora se les llama también con nombres masculinos, alternado en cremallera: Mitch, Katrina, Gilbert, Camille…
Seguro que cuando «los del aprobado general» lleguen a los puestos de mando harán otra reforma. Nada de llamar a la gota fría «LA Dana». La Dana y «El Dano». Todos iguales.
Como en las peluquerias unisex.
Esta tarde pedí cita para «sanear puntas». Ya tocaba. Se te hace un poco raro ver cómo, por un lado, utilizan contigo las mismas herramientas que para el paisano que me ha precedido en el sillón del trono. Pero, luego, han desinfectado con el frus-frus y eso.
Las sillas de espera, además, separadas a distancia prudencial.
Tranquilo me dejan.
Y en la frutería del barrio, donde he comprado antes de volver a casa, otro tanto: guantes, señalización… Todo ordenado, conforme al reglamento.
Antes de todo eso, esta mañana la misma persona que antes de empezar «el baile» me avisó de la que se avecinaba, ahora me dice que ha bajado la virulencia, que está todo camino de enderezarse y que para el 1 de agosto el virus se queda residual. Que mire las estadísticas de la Región de Murcia.
Vamos, poco menos que el confinado va a ser el bichito.
Como soy un ignorante de esto, además con certificado y todo, no me he atrevido a preguntarle por qué estaba tan seguro. Me ha notado un silencio al otro lado del teléfono y me ha dicho que solo hay que mirar lo que pasó en otras épocas.
Bueno, de otras pestes hemos salido; la Humanidad, digo. Eso no se lo puedo discutir.
Pero lo cierto y verdad es que la crisis económica en la que ya estamos no nos la quita nadie.
Y de ese tipo de crisis, para mi desgracia, uno ya va sabiendo un poco.